miércoles, junio 25, 2014

El delicioso olor del pan...

Desde hace un tiempo a esta parte me he habituado ha hacer pan en casa... De hecho hacemos pan 1 ó 2 veces por semana y lo que no consumimos ese día lo cortamos como para tostadas y lo congelamos.

Hoy hemos hecho pan y, mientras se cocía en el horno, me acordaba de lo que nos contaban sobre mensajes subliminales y cómo, en EEUU, se usaba el olor a pan recién hecho para favorecer la venta o alquiler de casas... No me extraña, ¡esto huele deliciósamente!

Una de las cosas que me gusta de hacer pan en casa es la gran cantidad de posibilidades que hay... Me explico: yo uso el conocido método del "ojímetro". En mi "receta" sólo tengo claro que por cada vaso de agua echo 1 cucharadita de café de sal, que uso 1 sobre de levadura seca (me da igual la cantidad que vaya hacer aunque nunca es inferior a 2 vasos de agua)... Y luego ya, la receta es cada día diferente... Siempre le pongo algo de harina blanca de trigo pero las modificaciones son múltiples: harina de espelta, harina de centeno... Y para añadir algo más: alga nori, o semillas, o copos de cereales, o semillas de lino, o tomates secos en aceite, o nueces,... ¡Casi cualquier cosa vale!

¿Qué cantidad de harina? No lo sé. A medida que la echo voy amasando y cuando está todavía pegajosa la dejo levar. Luego ya sólo queda añadir lo que no son harinas (copos, semillas, algas,...) amasando bien. Para estoy pongo harina en la encimera y aceite en las manos ya que, de otro modo, se me pegaría la masa.

Para no malgastar la energía, precaliento el horno con un bizcocho dentro y cuando llega la hora de sacarlo meto una fuente con agua hirviendo y, en unos minutos, ¡el pan! Que en 20 minutos o así ya está listo para sacarlo.

Ahora queda lo peor... ¡esperar a que se enfríe un poco para poder probarlo!

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