miércoles, julio 13, 2005

Beppo Barrendero.


Algunos opinaban que a Beppo Barrendero le faltaba algún tonillo. Lo decían porque ante las preguntas se limitaba a sonreir amablemente y no contestaba. Pensaba. Y cuando creía que una respuesta era innecesaria , se callaba. Pero cuando la creía necesaria, pensaba sobre ella. A veces tardaba dos horas en contestar, pero otras tardaba todo un día. Mientras tanto, el otro, claro está, había olvidado qué había preguntado, por lo que la respuesta de Beppo le sorprendía.

Sólo Momo sabía esperar tanto y entendía lo que decía. Sabía que se tomaba su tiempo para no decir nunca nada que no fuera verdad. Pues en su opinión, todas las desgracias del mundo nacían de las muchas mentiras, las dichas a propósito, pero también las involuntarias, causadas por la prisa o la imprecisión.

MOMO, del increible Michael Ende.

1 comentario:

Krespita dijo...

ESTE LIBRO ME ENCANTA, LO HE LEIDO MUCHAS VECES YA... ME MANTIENE CON LOS PIES EN LA TIERRA Y ALERTA PA' NO METERME EN EL BCO DE AHORRADORES DE TIEMPO, NO ME INTERESA, AMO GASTAR MIS HORAS, MINUTOS Y SEGUNDOS EN SUPERFLUADIDADES :D