jueves, enero 27, 2005

Anoche tomé la decisión, no tengo ganas de llevarla a la práctica pero... creo que se lo debo. Cuando me paro lo primero que viene a mi mente es un fragmento de una canción ("quien, cuando la vida se acaba y las manos tiemblan ya/ quién no buscó ese recuerdo de una barca al naufragar") mientras "veo" a mi pequeña Dalia apagándose como una vela a la que ya apenas si le queda cabo que quema. Tengo la impresión de que su cuerpo no aguanta más y si sigue con vida es por pura y simple fuerza de voluntad.

No quiero perder su presencia a mi lado pero deseo aún menos verla como ahora está, sin mover más que la cabeza y con una respiración que duele en el alma. Apenas si duerme y si me acerco me busca con la mirada haciendo un sobreesfuerzo por levantar la cabeza. Anoche dormí con ella, quiero decirle que puede marcharse pero no sé cómo hacerlo pues una parte de mi no quiere perderla aunque otra piensa que es lo mejor que ahora le puede suceder...

Hoy es un día extraño para mi estado de ánimo pues igual estoy tranquila y, hasta cierto punto, contenta... como me hundo en la tristeza por una pérdida inminente.

Gracias por estar ahí.

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